Sin ti, no hay noche cálida
y apacible que relaje
mi conciencia y los
músculos de mi cara
provocadores de sonrisas y besos.
Con tu ida,
se contrae mi pecho,
mi alma y mis ojos
provocando lágrimas saladas
que desembocan en un mar
de dudas y cuestiones.
Sin ti, nada es lo mismo
y todo es igual.