
Tú decides que tiempo invertir en alcanzar lo inalcanzable.
Tú decides que tiempo es el apropiado para recuperarte, reponerte y recomenzar.
Tú decides que tiempo emplear con tu familia, amigos y demás seres queridos.
Tú decides que tiempo es el suficiente para curar viejas y nuevas heridas.
El tiempo lo decides tú, que nada ni nadie te haga ver o sentir lo contrario.