sábado, 12 de enero de 2008


LOS DÍAS

El sol que inunda cada amanecer hace que cada día sea especial. Sus rayos provocan un cosquilleo que aborda desde mi cabeza a mis pies. Hace que sienta que soy única, irrepetible ante mis ojos.

Los días nublados, aunque parezcan tristes, tiene esa tonalidad de serenidad que tanto quiero y tanto he buscado. Buscaba reflexión, meditación, tiempo para madurar todo aquello vivido, sentido, guardado en cajones con la esperanza de poner en orden algún día.

Los días de viento, uff, los mejores y peores al mismo tiempo, pues hacen resaltar en mí un resorte que hace que la locura guardada, y que tanto anhelaba sacar, salga de manera despavorida, envolviendo a cuantos me rodean, alegrando a quienes me ven pasar como un rayo.

Los días de lluvia, velada perfecta para el descanso, la buena compañía, una buena copa, una buena charla, una buena comida, una buena película,.. Tantas cosas buenas, cosas pequeñas e insignificantes que a veces no añoramos más cuando no las tenemos, cuando no somos capaces de verles el valor que realmente tienen.

Los días, da igual como sean, todos son maravillosos, todos son enriquecedores, todos magníficos, por todo ello, disfrutarlo cada momento, cada instante, cada segundo, pues no volverán mas, los que se van nunca vuelven.

Que tengáis hoy, mañana y siempre ¡unos días inolvidables!. Ese es mi pequeño, gran consejo.

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