miércoles, 27 de julio de 2011

Punto de partida.


Hacía calor, había nervios por la aventura fugazmente planeada y que se hacía inminente. Con maleta en mano, nos montamos en el coche y nos dirigimos al aeropuerto; un punto de partida para algunos y un punto sin retorno para otros. Subimos al avión entre risas y excitación y comenzó a elevarse, por un momento la tensión se hizo patente y quedó en estado latente hasta su aterrizaje. ¡LISTO! llegamos al destino solicitado, al destino elegido... y comenzó así la aventura, mi aventura, nuestra aventura....




Un autobús con retraso, un hotel para el alojamiento, un supermercado donde comprar provisiones y la noche....





A la mañana siguiente y a las que le siguieron, lluvia y más lluvia.... y sobre todo, nada que ponerse, ¿cómo no pensar que aquí en pleno Julio podía llover?, toda mi maleta al "traste", mis camisetas, falditas, trajecitos, zapatitos de esparto...pero que no cunda el pánico, compras urgentes de paraguas, zapatos cerrados (que me destrozaron los pies), rebeca en mano y fular en cuello, ahora sí, a conocer mundo:



Piccadilly, Museo Británico, Soho, Big Ben, St. James, Buckingham Palace con su cambio de guardia real, el Mercado de Camden, la Torre de Londres, la Abadía de Westminster,....








...en fin otro mundo, otra cultura...




El tiempo transcurrió rápido, veloz y el regreso se hizo presente, no sin intentar prolongar mi estancia, y otra vez al aeropuero, el que fuera mi punto de partida días atrás, se convertia ahora en mi punto de retorno a casa, no sin antes haber recargado fuerzas, cambiado mi mentalidad, mis ideas, mis energías, dando así un paso mas a la madurez, a mi madurez. Este fue mi punto de partida.













1 comentario:

Marita dijo...

Qué guay es London!! Me encanta verte azín, Piluna, con ganas de comerte el world. Transmites energía. Gracias!

PD. y yo diciendo que ya no escribías poesía. Aaaaaay! qué despiste!